V. CAUSAS DEL FETICHISMO
No se han establecido causas demostradas en forma patognomónica de parafilias en general y de fetichismo en particular, pero como dice el psiquiatra forense norteamericano Benjamín Karpman, “es indudable, que las causas derivan de la atmósfera familiar y social conflictiva en que se desarrolla el niño”.
El mal manejo por parte de los padres del desarrollo sexual infantil, la represión de la ingenua curiosidad sexual del niño y de sus juegos sexuales generan fantasías e investigaciones ocultas que descubiertas por ensayo y error generan placer y culpa. Estas vivencias fijadas precozmente cierran el camino a un desarrollo sexual normal, e inclinan al niño a manifestaciones parafílicas en general y fetichistas en particular.
Pensar que la ignorancia sexual preserva la inocencia del niño es una falacia perniciosa que ha traído muchas dificultades, conflictos y perturbaciones sexuales a los seres humanos, entre ellos, el fetichismo. Como contrapartida enfrentar la sexualidad con inteligencia, amplitud, apertura y naturalidad, previene muchas parafilias, como el fetichismo.
El fetichismo no se hereda, tampoco se aprende por imitación, sino por proscripciones y represiones irracionales que generan experiencias extravagantes que se eligen entre aquellas vivencias oscuras y secretas que provocan un placer oculto y culpógeno, entre el rico y variado repertorio de nuestro capital originario infantil. Si es verdad lo que afirmaba S. Freud que el niño es “un polimorfo perverso”, allí está la cantera de la parafilia y por ende del fetichismo.
De manera tal que, el fetichismo nace en la infancia y el inicio de la adolescencia, edad en que los “deseos secretos” son inevitables, aunque podrían dejar de serlo si educáramos por el diálogo y el conocimiento de estas posibilidades.
No existe ninguna teoría que explique todos los casos de fetichismo, o todas las parafilias en su conjunto. Las teorías existentes son válidas para determinados casos.
Recorramos algunas de esas teorías que poseen mayor predicamento en el campo clínico.
Así podemos enumerar las circunstancias o experiencias que pudieron determinar el condicionamiento de conductas parafílicas de características fetichistas:
a) Experiencias circunstanciales: el niño o adolescente es sorprendido por una vivencia accidental que puede ser decisiva en la psicogénesis fetichista. Esta instancia le provoca una excitación erótica, que aunque única, puede ser suficiente para fijar su conducta fetichista.
b) Reiteración de experiencias infantiles: la inducción repetida por parte de terceros de conductas humillantes o castigos físicos, en especial por parte de los padres, la ridiculización de sus genitales por ser valorados como pequeños o feos, el temor a perderlos, sobre todo frente a la observación de que las niñas no tienen pene, hacen que ante su reiteración como vivencias traumáticas, las conductas fetichista actúen como formaciones que compensen su vergüenza o humillación. Así el fetichismo permite conquistar y superar la ansiedad vivida en la infancia. Funcionaría como un “plus” para compensar un “minus”.
c) Imágenes y fantasías masturbatorias condicionantes: el adolescente suele utilizar en forma reiterada imágenes y fantasías rígidamente estructuradas, para lograr excitación erótica. Sobre la base de vivencias condicionadas por experiencias pretéritas, que resultaron placenteras y facilitadoras para de neutralizar conflictos infantiles se fijan ciertas fantasías que se recrean a través de la masturbación. La rigidez, la limitación estrecha de la fantasía en un espectro de respuestas e imágenes poco convencionales, suele ser una constante del futuro fetichismo de un individuo.
d) Intento reiterado de experiencias sexuales nuevas en la adultez: Los individuos expuestos a una intensa represión sexual en la niñez y adolescencia, suelen buscar experimentar nuevas y variadas aventuras sexuales en la adultez, como compensación liberadora de la represión sexual vivida pretéritamente. Pueden experimentar así, una gama diversa de conductas sexuales que pueden poner de manifiesto la existencia de una disposición a las parafilias entre ellas el fetichismo. Además, pueden llegar a tener un carácter adictivo: una vez traspasada la barrera, de cometida la trasgresión con el placer consiguiente, queda insatisfecho. Como dice el filósofo e historiador francés Michel Foucault (1926-1984) que el perverso (parafílico) no se sacia nunca y esta insaciabilidad también es erotizada.
e) Otras causas: El pediatra y psicólogo neozelandés John Willian Money (1921-2006) resume las posibles causas de las parafilias en general afirmando que las mismas obedecen a un polideterminismo secuencial multivariado. Es más este autor ha recopilado una serie de observaciones comunicadas por neurólogos que hallaban una relación entre la epilepsia del lóbulo temporal y algunas parafilias, como el fetichismo y el travestismo compulsivos, que mejoraron con tratamiento antiepiléptico o con electroconvulsoterapia. Se trataba siempre de pacientes varones, y se acompañaba de una sexualidad grosera y desinhibida. Sus conductas equivalen a fugas epilépticas o estados crepusculares incoercibles.
Afirma también que, observó casos que mejoraron con litio o antidepresivos o reguladores del humor, también se ha planteado la posibilidad de que las parafilias estén vinculadas con ciclos maníaco-depresivos heredados. Y los casos de hiperandrogenismo en que la testosterona esté muy elevada, también se mencionaron como posibles causas de parafilias, que mejoran con el tratamiento con antiandrógenos.
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