IV. LA PEDOFILIA COMO PARAFILIA
Si reconocemos la pedofilia como una parafilia, es importante tener en cuenta algunos conceptos básicos de las parafilias en general.
Debemos recordar, una vez mas, que se configura la parafilia cuando se necesita sustituir una actividad sexual convencional, en circunstancias en que ésta es posible, por cualquier otro tipo expresión sexual que determina la única manera de poder excitarse en forma sistemática y preferencial.
De manera que, los medios se convierten en fines, en forma repetitiva, configurando un patrón de conducta rígido que adquiere carácter opresivo (pérdida de libertad) impidiendo tener opciones libres entre alternativas.
Por lo tanto, lo que configura la parafilia no es el “que” de la expresión sexual, sino el “como” se instrumenta.
Es necesario hacer diagnóstico de personalidad para establecer la genuinidad de la manifestación sexual (egosintonía) o la sintomaticidad de la misma (egodistonía).
De acuerdo a las definiciones precedentes las parafilias se caracterizan por la excitación sexual como respuesta a objetos o situaciones sexuales que no forman parte de los estímulos convencionales y que en diversos grados pueden interferir con la capacidad para una actividad sexual afectiva recíproca.
El término parafilia subraya concretamente que la desviación (para) se encuentra en aquello por lo que el individuo se siente atraído (filia) fijando un patrón de conducta regular sistemática preferencial y a veces único.
La imaginación o los actos inusuales o extravagantes son necesarios para la excitación sexual. Tales imágenes o actos tienen ser insistentes e involuntarios y por lo general suponen:
- la preferencia por el uso de objetos no humanos para la excitación sexual.
- la actividad sexual repetida con humanos en la que hay sufrimiento.
- la actividad sexual repetida con parejas que no consienten o no son partidarios de ese tipo de expresión sexual, hecho puede tener significación psicopatológica y/o psicojurídica.
Los individuos que presentan estas alteraciones tienden a no considerarse a sí mismos como perturbados sexuales
Caracter OPRESOR | Pérdida de libertad para tener opción libre entre alternativas |
Caracter RIGIDO | La excitación sexual es tributaria sólo de determinadas situaciones y circunstancias estableciéndose un patrón de conducta |
Caracter IMPULSIVO | Necesidad de repetir la experiencia ya que la única que “calma” la excitación sexual es la ejecución de este tipo de opción |
MINIMA | Expresión erótica fantaseada (imágenes, pensamientos, recuerdos) o actuada reconocida como placentera por el individuo y que aparecen espontáneamente sin perturbar las actividades sexuales convencionales. Puede aparecer en forma: esporádica, reiterada o persistente. |
ACENTUADA | Expresión erótica fantaseada o actuada reconocida como placentera por el individuo y que se busca con insistencia para lograr satisfacer las actividades sexuales convencionales. |
PREDILECTA | Expresión erótica que interfiere manifiestamente la actividad sexual convencional reemplazándola en forma: – electiva (selectiva) – preferencial (prevalente) – única (exclusiva) |
Existen delincuentes sexuales a los que no se le detectan groseros trastornos psicopatológicos de la personalidad y su conducta sexual aparente, presenta o aparece con visos de adecuación al medio social, es lo que llamamos “parafrenia sexual”, es decir, se observa una disociación conductual entre la vida privada y la pública, y esto es de capital importancia para comprender el accionar delictivo del agresor sexual.
A esta disociación, dijimos, la denominamos “parafrenia sexual”, haciendo una analogía con la forma delirante que se observa en algunos psicóticos crónicos en que, existe una bipolaridad entre los núcleos delirantes encapsulados que no se manifiestan explícitamente si no se los explora y, el discurso habitual del paciente que presenta aparentes visos de mantener un juicio de realidad en el contexto social.