VIII. FRECUENCIA DE REINCIDENCIAS
Este el punto álgido que presentan los delincuentes sexuales. Es de observación cotidiana la alta frecuencia de las reincidencias de los delincuentes sexuales.
Los abusadores sexuales que presentan perturbaciones en su conducta sexual son habitualmente tratados con diferentes tipos de psicoterapias desde el psicoanálisis, pasando por el conductismo y últimamente por las terapias sistémicas. Además a veces también con apoyo farmacológico y/o otras alternativas, etc., siendo en general los resultados inciertos o de eficacia relativa.
En el caso de los delincuentes sexuales, sobre todo los agresores sexuales, ofensores, violadores reincidentes de alta peligrosidad con trastornos psicopatológicos manifiestos o no, y con conductas parafílicas o sin ellas; se viene utilizando en algunos países (con autorización de los agresores) tratamientos hormonales que tienen por finalidad inhibir la libido, es decir bloquear su deseo sexual por tiempo indeterminado, con la intención de acelerar su rehabilitación, posibilitar su excarcelación y controlar estrictamente la continuidad de su tratamiento y su adaptación al medio a través de los centros de liberados.
Para tal fin se han utilizado distintas hormonas: los progestágenos como el acetato de medroxiprogesterona, antiandrógenos como el acetato de ciproterona y más recientemente el acetato de triptorelina, un agonista de los factores de liberación de las gonadotrofinas hipofisarias de acción prolongada.
El efecto que se busca en todos estos casos es abolir las conductas sexuales desviadas reduciendo la secreción de testosterona. Estos estudios se vienen realizando en Canadá, Australia, Gran Bretaña, Nueva Zelandia, Dinamarca, Alemania, EEUU y Bélgica, entre otros países. En nuestro país estas alternativas terapéuticas tienen fuerte resistencia ideológica.
A pesar de eso, en los últimos tiempos en la Provincia de Mendoza, se ha aprobado la castración química a través del establecimiento de un Programa Provincial para la Prevención de las Reincidencias de Autores de Delitos de Índole Sexual, destinado a sujetos condenados, en forma voluntaria, con consentimiento informado y previo diagnóstico preciso en las etapas de libertad condicional y una vez agotadas las penas.
Una de las dificultades más grande que presenta la rehabilitación de los abusadores y, por ende su alto índice de reincidencias es que, el “motor movilizador” de su conducta es un “deseo sexual especial,” que le provoca un placer o goce particularmente fijo, por lo que necesita reiterar ese estímulo en búsqueda de la respuesta esperada y conocida como gratificante. Esta conducta es de muy difícil modificación terapéutica ya que su control, es renunciar a una experiencia sexual gratificante y otras alternativas no le provocan la misma respuesta erótica. Es lo mismo que pretender que un homosexual se sienta heterosexual o viceversa.
De manera tal que, de todo lo expresado se puede concluir que la problemática de la reincidencia de los abusadores y por ende su grado de peligrosidad, se deben tener en cuenta algunas reflexiones básicas.
Es indudable que, trabajar con ofensores sexuales genera en los especialistas mucho desgaste ya que deben luchar contra la indiferencia, el rechazo o el escepticismo, hasta de los propios colegas.
El alto índice de dificultades que presenta la tarea que se reafirma permanentemente por la circunstancias del relativo logro de posibilidad de rehabilitación, se asocia al descreimiento social de la eficacia de los tratamiento, sobre todo fogoneado por la observación cotidiana de casos de reincidencia de los que se hace eco los medios sociales y periodísticos.
Por último, debemos conceptualmente delimitar operativamente el término peligrosidad, como la condición psíquica de una persona que la lleva a realizar conductas dañosas o delictivas.
La peligrosidad puede ser social o médica.
- La social la resuelve un juez a través de la detención del individuo que se le ha imputado un delito de la suficiente gravedad para que amerite su prisión preventiva (procesamiento) o en su defecto se lo sentencie a una cantidad determinada de años luego de habérsele probado la imputación (condena).
- La médica se da en el ámbito del sistema de salud mental a nivel asistencial y/o legal.
En el ámbito asistencial es habitual que el tema de la peligrosidad o riesgo de un paciente se plantee en los casos de internaciones involuntarias. Personas con síntomas de alienación, sin conciencia de enfermedad, o cuando un facultativo detecte conductas compulsivas por consumo de sustancias psicoactivas y o alcohol que lo pongan al sujeto en situación de riesgo para su salud, y éste no acceda voluntariamente a un tratamiento adecuado ambulatorio, ante tal circunstancia deberá quedar a criterio de un juez la efectivización o no, de la internación, aunque no se verifique la posibilidad de daños para si o terceros o de comisión de un delito.
Esta situación se encuentra en plena revisión en la actualidad tras la sanción en diciembre de 2010 de la nueva ley sobre Salud Mental que a través del Decreto 1855/2010 publicado B. O., el Gobierno Nacional promulgó con el Nº 26.657.
No obstante ello consideramos que la tarea de predicción de la peligrosidad de un delincuente sexual se ha de tener en consideración la gravedad y la frecuencia de las agresiones sexuales mostradas en la carrera delictiva.